Con una gran presencia de representantes del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) se desarrolló el 2° Encuentro de Innovación de la Universidad de Chile: Conocimiento, Creatividad y Futuro, realizado en Casa Central el 12 y 13 de agosto. Este evento es organizado por la Dirección de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) y busca reforzar el aporte de la Universidad en materia de innovación, la investigación y la creación para generar soluciones concretas para la sociedad y la industria en general.
En este contexto, la Dirección de Investigación y Desarrollo (DID) del INTA organizó el lunes 12 el panel “Modelo de Transferencia Tecnológica e Impacto de Política Pública”, moderado por el director de la DID, Rodrigo Pulgar, y donde expusieron las representantes de la Unidad de Nutrición Pública Dra. Camila Corvalán y Dra. Marcela Reyes, y Carmen Gloria Yáñez de Asistencia Técnica, junto a Camila Rubio, directora de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas (JUNAEB), y Paula Rojas, secretaria ejecutiva de Sistema Elige Vivir Sano.
La profesora Nelly Bustos, investigadora responsable de las Guías Alimentarias para Chile, participó en el panel “Articulando Innovación y Sociedad: Vinculación Universidad-Industria para una Alimentación Saludable”.
Transferencia tecnológica e impacto en políticas públicas
Históricamente el INTA ha desarrollado un cercano trabajo con instituciones del Estado en la generación de políticas públicas para contribuir a una óptima nutrición, salud y calidad de vida de la población. Los miembros del cuerpo académico colaboran, asesoran y participan activamente en las comisiones de expertos/as a las que convoca el Ministerio de Salud, Congreso y otras instituciones de Gobierno. También se relaciona con el sector productivo, mediante transferencia de conocimientos y certificaciones, para ayudar a mejorar sus procesos y productos, así como acompañamiento para el cumplimiento de las políticas públicas.
En el panel “Modelo de Transferencia Tecnológica e Impacto de Política Pública” se abordó la relevancia de este trabajo en conjunto entre el Estado y el INTA para la implementación de políticas públicas exitosas, así como también los procesos de transferencia tecnológica del INTA a la industria de alimentos. Participaron en este panel Camila Rubio, directora de JUNAEB, y Paula Rojas, secretaria ejecutiva del Sistema Elige Vivir Sano.
El director del INTA, Francisco Pérez Bravo, abrió la instancia destacando el origen de la palabra innovación, que “se deriva del verbo latino innovare, que significa renovar. A lo largo del tiempo, el concepto de innovación ha cambiado, relacionándose directamente con el progreso y el bienestar. Es un elemento clave para el desarrollo integral de un país. Innovar implica romper con lo tradicional, va más allá que ser sólo una nueva idea, debe ponerse en práctica para superar y mejorar procesos preexistentes”.
“Las actividades de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en las ciencias vinculadas a la nutrición y alimentos han tenido diferentes enfoques a lo largo de las últimas décadas. En las áreas de la nutrición y alimentos con impacto en Salud Pública el INTA ha sido un importante colaborador y muchas veces pionero, por ejemplo, con su combate para erradicar la desnutrición infantil con el Dr. Fernando Monckeberg a la cabeza de este proyecto; la Yodación de la Sal, la Fortificación con Ácido Fólico, la participación de sus académicos en la Ley 20.606 sobre Etiquetado de Alimentos y su publicidad. Hoy nos ocupan y preocupan otras problemáticas y debemos también ir sumando un requerimiento cada vez más frecuente que corresponde a la opinión de los consumidores. Innovar en alimentos y nutrición para mejorar la salud de las personas representa además de una responsabilidad país, un gran desafío que requiere de múltiples miradas: debe ser asociativa, con investigación multidisciplinaria y con un horizonte muy claro que mire como objetivo primario, la salud y bienestar de las personas”, agregó el director.
La Dra. Camila Corvalán, directora del Centro de Investigación en Ambientes Alimentarios y Prevención de Enfermedades Crónicas Asociadas a la Nutrición (CIAPEC-INTA), analizó los cambios en la alimentación de los chilenos y chilenas en los últimos años, destacando problemas relacionados con la malnutrición por exceso y la carencia de micronutrientes. La Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad (Etiquetado de Alimentos) buscó enfrentar este problema y el INTA participó activamente en su desarrollo e implementación aportando información científica y técnica al Ministerio de Salud. Corvalán presentó estadísticas de cómo los sellos de advertencia han influido positivamente en la percepción de escolares chilenos/as en sus preferencias de consumo hacia una alimentación más consciente. “La ley presupone que si nosotros intervenimos en las etapas tempranas de la vida, particularmente en los niños y niñas que están generando sus preferencias alimentarias, vamos a tener un mayor impacto”, explicó.
La especialista agregó que “la causa principal de enfermedad y muerte en Chile está directamente relacionada con la nutrición. Por lo tanto, si queremos vivir más y mejor, debemos promover una mejor alimentación. ¿Y en qué consiste esta mejor alimentación? Básicamente, en dos acciones: reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y promover el consumo de alimentos naturales que nuestro país produce, como frutas, verduras, mariscos, legumbres, y pescados, tomando en cuenta la diversidad, la cultura, y la sostenibilidad en la producción de estos alimentos
A continuación, la Dra. Marcela Reyes, investigadora principal de CIAPEC-INTA, abordó el consumo de edulcorantes en Chile y, en particular, la participación del INTA en la propuesta del ministerio de Salud (actualmente en consulta pública) para modificar el Reglamento Sanitario de los Alimentos e incluir un nuevo artículo para incorporar una etiqueta frontal con la leyenda “Contiene edulcorantes. Evite consumo en niños” en los envases.
La Dra. Reyes mostró resultados de diferentes investigaciones sobre consumo de edulcorantes en población infantil: “Entre el 75 y el 90% de los preescolares, escolares o adolescentes, había consumido por lo menos algún edulcorante el día anterior, principalmente desde alimentos o bebestibles -por ejemplo, bebidas y lácteos endulzados, además de golosinas-, no desde edulcorantes de mesa” Si bien el impacto del consumo de edulcorantes en salud es aún materia de debate, una recomendación reciente de la OMS desaconseja su uso en población general.
En relación con la regulación de edulcorantes, Reyes explicó que a través de un proyecto FONIS (Fondo de Investigación y Desarrollo en Salud), CIAPEC-INTA hizo el análisis de datos ya existentes para evaluar uso de edulcorantes en alimentos envasados y consumo, realizó un revisión de literatura sobre problemas de salud asociados a ingesta de edulcorantes, entre ellos alteraciones en el metabolismo de la glucosa, además de hacer una búsqueda de las medidas adoptadas por otros países para prevenir el uso de estos aditivos. Con esa información se elaboró un listado de 21 propuestas de potenciales acciones para disminuir el consumo excesivo de edulcorantes, incluyendo etiquetado, impuestos, educación, regulación de marketing y otros. Un panel de expertos del área de la academia, profesionales de salud y nutrición y población civil calificó las medidas según relevancia y factibilidad. “Con esto desarrollamos una guía de nueve recomendaciones, validada por actores relevantes, donde la mejor rankeada fue una leyenda precautoria mediante una etiqueta frontal en el envase del producto que indicara claramente la presencia de edulcorantes. La propuesta de modificación al Reglamento Sanitario de los Alimentos se apoyó de forma importante en los resultados presentados y los acuerdos logrados entre expertos”, resumió.
Carmen Gloria Yáñez, directora de Asistencia Técnica, expuso casos en los que el INTA ha apoyado la implementación de políticas públicas, por ejemplo, en relación a la yodación de la sal y otras fortificaciones de alimentos. “Nuestro Laboratorio Centro de Alimentos es uno de los tres laboratorios acreditados de la Universidad de Chile; acabamos de renovar nuestra acreditación hasta el año 2028. Prestamos servicios a la industria, así como a proyectos académicos internos del INTA y de otras universidades con fondos públicos como FIA y FONDEF. El modelo de transferencia parte con un problema o requerimiento de la industria que nos contacta a través de esta dirección, luego los académicos del INTA, en conjunto con los profesionales de Asistencia Técnica generan una solución que se transfiere a la industria, para lograr finalmente un impacto en la salud pública a través de alimentos más saludables”, explicó.
El INTA mantiene una relación de larga data con JUNAEB, que incluye el desarrollo de productos innovadores (hamburguesas y vienesas de salmón y jurel, por ejemplo) y educación en colegios para incrementar el consumo de pescado a nivel infantil; estudios de crecimiento y obesidad en escolares; convenios de investigación, asesorías científicas y transferencia tecnológica; y el acompañamiento en la implementación de planes contra la obesidad infantil como Contrapeso, basado en 50 medidas recomendadas por expertos nacionales 50 de alimentación saludable y actividad física, entre otras acciones.
El instituto también ha colaborado estrechamente con Sistema Elige Vivir Sano en diversos proyectos enfocados en promover hábitos alimentarios saludables en la población escolar. Uno de los proyectos implementó un piloto para fomentar el consumo de agua entre los escolares beneficiarios del Programa de Alimentación Escolar (PAE) en las regiones de Atacama, O’Higgins, y Metropolitana, alcanzando a 132 colegios. Además, en conjunto con la Corporación 5 al Día-Chile, se publicó el libro “Cocina Saludable: Cómo incluir 5 porciones de frutas y verduras al día”, con un prólogo de Cecilia Morel. Estos proyectos reflejan el compromiso conjunto del INTA y Elige Vivir Sano con la promoción de una alimentación más saludable entre los escolares chilenos.
Vinculación Universidad-Industria para una alimentación saludable
Nelly Bustos, investigadora responsable de las Guías Alimentarias para Chile, participó el martes 13 en el panel “Articulando Innovación y Sociedad: Vinculación Universidad-Industria para una Alimentación Saludable”. En su rol de directora de la Dirección de Extensión y Comunicaciones del INTA, la profesora Bustos reflexionó sobre cómo la extensión universitaria y la vinculación con el medio juegan roles cruciales “en la transferencia de conocimiento entre la academia y los distintos grupos de interés. Estos esfuerzos ayudan a cerrar la brecha entre la investigación académica y las aplicaciones prácticas en la comunidad, el sector público y la industria”.
Los desafíos particulares que enfrenta el INTA en su labor de vinculación con la comunidad se relacionan con múltiples factores, entre ellos, “la gran diversidad climática y geográfica de Chile, lo que implica que las soluciones en nutrición y tecnología de alimentos deben adaptarse a las condiciones locales de cada región, zonas urbanas y rurales, norte y sur del país y considerar también las necesidades nutricionales específicas de comunidades, por ejemplo, en contextos de vulnerabilidad social o problemas específicos de salud pública”, comentó.