Hace algunas semanas, el medio de prensa NRK entrevistó a Marcela Reyes. La investigadora CIAPEC y académica INTA, contó al medio eurpoeo los positivos alcances de la Ley de Etiquetado y Publicidad de los Alimentos de Chile y abordó los desafíos pendientes para mejorar la calidad de la dieta.

Reportaje por Sverre Lilleeng. Publicado en NRK el 3/11/2023. Este artículo fue traducido del noruego. Publicación original en el siguiente link.

 

Comenzó con una idea de un político del Senado de Chile. Le preocupaba que cada vez más chilenos tuvieran sobrepeso y contrajeran la enfermedad de la obesidad.  “Aunque hicimos campañas de salud y similares, la obesidad aumentó, especialmente en los niños”, dice la investigadora Marcela Reyes, de la Universidad de Chile.

La solución fue simple: etiquetar todos los alimentos no saludables con el hecho de que en realidad no lo son. ¿Hay demasiada azúcar, sal, grasas saturadas o calorías? Entonces debe haber un octágono negro en el paquete. Además, estaba prohibido vender esos alimentos en los comedores escolares y hacer publicidad de esos alimentos dirigida a los niños.

En 2016 entró en vigor la nueva ley. No pasó mucho tiempo antes de que diera resultados.

 

Resistencia

Chile no es el primer país que exige a los productores etiquetar sus alimentos con lo que contienen. Aquí en Noruega, por ejemplo, puedes ver cuánta energía contiene tu botella de refresco. Pero no es tan fácil entender lo que esto significa. Además, el ojo de cerradura verde se utiliza para alimentos que son más saludables que productos similares de la misma categoría.

En Chile lo han dejado aún más claro. “Por supuesto, la industria alimentaria aquí estaba muy en contra. Dijeron que el etiquetado generaría, entre otras cosas, menos empleos y problemas con la importación de alimentos a Chile”, cuenta Marcela Reyes.

 

Los resultados llegaron rápidamente

En los últimos años, Reyes y un equipo más grande de la Universidad de Chile (CIAPEC) han estado investigando los efectos de las reglas que se introdujeron. Un año después de que se etiquetaran los alimentos, el número de alimentos no saludables disminuyó.

En particular, los investigadores observaron una clara disminución en el consumo de refrescos, jugos y otras bebidas con azúcar. “Es un gran éxito”, dice Reyes. “El mayor cambio se produjo en las bebidas. El cambio es menor para otros tipos de alimentos, pero también hemos visto una clara disminución allí”.

Además de mejorar lo que la gente compra, la industria ha tomado medidas.

 

 

Cambiar contenido

Simplemente han hecho que algunos de los alimentos sean más saludables. “Antes de la introducción de la ley, calculamos que aproximadamente la mitad de todos los alimentos debían etiquetarse como que contenían demasiado de algo. Pero el resultado es que sólo el 40 por ciento de los alimentos necesita este etiquetado”, afirma Reyes.

Las reglas se han vuelto gradualmente más estrictas. El límite de lo que hay que marcar es cada vez más bajo. El objetivo ha sido dar tiempo a la industria para mantenerse al día con los avances. “No hemos publicado estos resultados, pero hemos visto que cada vez que se han endurecido las normas ha pasado lo mismo”, señala la investigadora.

Además, parece que no ha habido menos puestos de trabajo en la industria y los salarios de los trabajadores no han evolucionado de manera diferente a los demás.

 

Grupo de expertos

La nutricionista clínica Tine Sundfør acaba de utilizar el ejemplo de Chile en su enseñanza a los estudiantes de maestría en nutrición comunitaria. “Sé que tengo una relación ambivalente con ello, por así decirlo“, dice. Además de dar conferencias, también forma parte de un grupo de expertos que encontrará medidas eficaces para garantizar que los noruegos tengan una dieta más saludable.

“Personalmente creo que si esto realmente va a funcionar, entonces tenemos que complementarlo con una combinación de impuestos a los alimentos no saludables y preferiblemente subsidios a los alimentos saludables”, dice Sundfør.

En otras palabras, no basta con etiquetar el alimento como ‘no muy saludable’. Además, Sundfør espera que se pueda prohibir la fabricación de grandes paquetes y botellas de alimentos y bebidas no saludables. Por ejemplo, no se debería permitir fabricar botellas de refrescos de más de un litro. “Es mi sueño”, dice.

Sundfør dice que quienes venden alimentos hacen paquetes grandes para que compremos más.”Y cuando compramos más, vemos más”, indica.

Marcela Reyes en Chile considera que el etiquetado introducido allí ha sido un éxito. Pero está de acuerdo en que se debe hacer aún más. “No es suficiente, en absoluto. Todavía hay más personas que se vuelven obesas“.

 

El caso en resumen: Chile ha introducido una ley para etiquetar todos los alimentos no saludables. La marca es un octágono negro que muestra si el alimento contiene demasiada azúcar, sal, grasas saturadas o calorías. También está prohibido vender alimentos no saludables en los comedores escolares y hacer publicidad de dichos alimentos dirigida a los niños. Un año después de la promulgación de la ley, la venta de alimentos no saludables disminuyó, especialmente refrescos, jugos y otras bebidas azucaradas. La investigadora Marcela Reyes cree que el etiquetado ha sido un éxito, pero que aún son necesarias más medidas para abordar la obesidad. Este resumen lo realiza un servicio de inteligencia artificial de OpenAi. La calidad del contenido está asegurada por los periodistas de NRK antes de su publicación.